Objetivo A: Mejorar mi marca de 1:28:19
Objetivo B: Si no se puede el primero bajar de 1:30 y asegurar otros cuantos
años el dorsal verde de la Behovia.
Llegué tempranito a Donosti, aparqué y me fui a tomar un café, quedé con
Marta una compañera corredora de Gijón que hizo 1:29, una crack. El día
estaba con llovizna y viento a ratos bastante fuerte, me preocupaba más esto
último. Al final el agua respeto, por lo menos a los que llegaron en menos
de 1:40, luego se puso a llover como si no hubiera mañana… Y el viento al
principio parecía que no molestaba tanto pero desde el final de la primera
vuelta ya fue más fuerte, pero para nada fue decisivo.
Nos colocamos bien en la salida, y los dos primeros kilómetros los hago un
poquito más rápido de lo pensado, pero poco, lo normal que en la salida te
aceleras. Enseguida cojo un grupo de unos diez y voy al ritmo que tenía
planificado, mi garmin me marca 4:05, ritmo del garmin, no del paso por los
carteles de los kilómetros. Como ya sabréis una media homologada, y por
tanto bien medida, en el garmin da entre 200 y 400 metros de más, y contando
ese margen, y a ese ritmo la marca hubiera estado entre 1:27 – 1:28. Y
además sabía que podía.
Iba bien de piernas, con un punto de sufrimiento pero bien, ese punto
necesario para hacer marca, pero tampoco acababa de encontrarme con buenas
sensaciones. Marta iba al principio unos pocos metros por detrás pero
enseguida acabó cogiendo el grupo, pero en el km 7 empecé a sentir nauseas,
y revoltura de estomago, y fui perdiendo ritmo, al principio no mucho, me
pongo en ritmos entre 4:10-4:12. Me pasaba uno y me ponía a seguirle el
ritmo, las piernas respondían, pero a poco que aceleraba volvían las
nauseas. Aún así pasé la primera vuelta en 44:00, que de repetirla hacia
marca, pero la cosa no tenía pinta de mejorar.
El viento en contra en la segunda vuelta es más fuerte, o lo notamos más al
estar menos agrupados, o lo noto yo más al ir mal. Además los pensamientos
negativos se van incrementando y el estomago duele, bueno no exactamente,
era una sensación como entre tenerlo duro y revoltura. Sobre el 12, voy a
4:20 y en el 13 a 4:30. Ya sabréis la sensación que es, cuando tienes un mal
día, te va pasando gente, intentas seguirlos y te duran unos metros y la
cabeza te va hundiendo cada vez más.
Llegando al 14 me alcanzó la liebre de 1:30, intenté seguirla pero ni pa
dios. Se me fue… y me retiré; mi cabeza se puso en off. Podía de sobra haber
llegado a meta por debajo de 1:35, o un poco peor, pero lo estaba pasando
mal, los pensamientos negativos se retroalimentaban y tenía tan claro a que
había ido a esta carrera que una vez que se me fueron las dos opciones me
dije que era tontería prolongar el sufrimiento, eso si fui a hacerlo en el
sitio que pillaba más lejos de la meta, si es que soy tonto hasta pa eso.
En meta hablando luego con Marta estaba bien, esto no era objetivo del año,
me lo puse en marzo porque me vi bien y con posibilidades y objetivos
fuertes no tengo hasta septiembre. Me decía mi amiga que me olvidara cuanto
antes de esto, y le dije que sin problemas estaba realmente bien y animado.
Pero ya en el viaje de vuelta me empezó a dar bajón, a darle vueltas a todo
y por la tarde en casa me la pase en la cama y el sofá sin hacer nada. Sin
encender el ordenador y yéndome más abajo.
Hasta ayer seguía con el estomago revuelto, y otra cosa que puede que sea
peor… Cuando la carrera del Asturcón tuve un dolor en el tobillo derecho, o
más bien debajo de el, no me lo torcí ni nada parecido, pero dolía al pisar.
Pero luego desapareció, algún día corriendo volví a sentirlo pero vamos una
cosa esporádica Desde el lunes me duele al levantarme, y luego se va, pero
hoy no quiere irse y llevo todo el día cojo. Voy a ir al médico a ver que me
dice.